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Con más de 25 años en la escena electrónica, liderados por David Sarria, pionero y fundador del primer club y festival electrónico en Colombia —Black & White Festival— y creador de los Premios CDA, hemos construido alianzas globales que impulsan nuestra visión y éxito. Descubre nuestra historia en [nuestra web].
Somos una agencia productora de eventos con más de 25 años de trayectoria en la industria electrónica.
Hemos presentado en nuestras tarimas a más de 300 artistas internacionales y 600 nacionales, y somos los creadores del legendario Black & White Festival, ícono de la cultura electrónica en Colombia.
Ofrecemos servicios integrales de contratación y producción de artistas para empresas, brindando asesoría, acompañamiento y análisis presupuestario personalizados, siempre enfocados en garantizar el éxito de cada proyecto.
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David Sarria











































Storyline
1991 / 1994
Nuestra historia comenzó en 1991, cuando dimos los primeros pasos en el mundo del entretenimiento, tejiendo contactos e influencia en la escena local.
Todo inició organizando fiestas escolares y participando en los vals de 15 años de nuestras amigas —momentos que despertaron nuestra pasión por la producción de eventos.
De esa inspiración nació “Súper Rápidos del Sur”, nuestro primer bar y pionero en realizar becerradas en la plaza de toros de Cali, marcando el inicio de una visión que trascendería generaciones.
Más adelante abrimos “Cactus”, en la 44 sur de Cali, seguido por “Zona Franca” y “Antares”, frente al Rancho de Jonás, consolidando los cimientos de lo que hoy es una de las trayectorias más emblemáticas del entretenimiento en Colombia.
1994 / 2000
Durante esa etapa dimos un salto evolutivo. Al culminar el bachillerato e iniciar mis estudios en Administración de Empresas, la pasión por el entretenimiento se transformó en una verdadera vocación. Paralelamente, continuamos creando bares, clubes y discotecas que marcaron una generación: Club Petrópolis en la Ventana de Petronio, Ranchópolis y las legendarias Cuevas en la Ventana, entre otros espacios que definieron la movida nocturna caleña de los noventa.
En el año 2000, alcanzamos un nuevo nivel con la construcción de La Esfera, considerado en su época el mejor club de Colombia, con capacidad para 900 personas. Ubicado al descender el puente de Sameco, este lugar se convirtió en un ícono arquitectónico y tecnológico.
Fue un sueño hecho realidad, concebido junto al arquitecto Harold Castillo —galardonado en China por su proyecto de un hotel en forma de flor de loto sumergida—. Juntos imaginamos una discoteca futurista: una esfera de 12 metros de altura, a la que se accedía por un puente que atravesaba una piscina diseñada como hidratante del sistema láser.
El montaje incluyó un láser multicolor de 20 vatios y 20 luminarias Varilite, lo más avanzado del mercado, con una inversión superior a 100.000 dólares. En su escenario se presentaron figuras legendarias como Richie Hawtin, Marco Carola, Paco Osuna, Christophe, House Mafia, entre muchos otros, consolidando así un hito en la historia de la música electrónica en Colombia.
2000 – 2003
Con el cambio de siglo, dimos el gran salto de la música crossover hacia la electrónica y el rock en español, ampliando nuestro horizonte creativo con eventos masivos. Entre ellos destacó el Concierto de la Juventud, que reunió a más de 20.000 asistentes en el Estadio Pascual Guerrero, junto a la emisora La Súper Estación 100.5 FM, con la participación de íconos del rock latino como Hombres G, Los Prisioneros, Miguel Mateos y Charly García, entre otros.
También producimos presentaciones con Evangelista Mora y conciertos en el Coliseo del Pueblo, impulsados por nuestra pasión por el rock en español y en colaboración con mi socio en la emisora, Johnny Pava.
Esta etapa fue épica: nuestro club se consolidó como el mejor de Colombia durante más de seis años, evolucionando de La Esfera a Club Épico Real People. Fue en ese momento cuando nació el símbolo que marcaría nuestra filosofía y marca empresarial: Real Parties for Real People.
2001 – 2006
El nacimiento de una revolución: Black & White Festival
Este período marcó una época de magia y despertar. Fue el inicio de mi vida electrónica fusionada con lo espiritual, un momento en el que comprendí que la música podía ser mucho más que sonido: podía ser una herramienta de conciencia.
En aquellos años gestionaba el Calima Resort, donde organizábamos pequeños eventos durante las ferias locales. Allí, en medio del viento y la energía del Lago Calima, nació la semilla del Black & White Festival. En 2003, decidimos dar un salto visionario invitando a dos artistas que representaban la dualidad que nos inspiraba: Donald Glaude (EE. UU.), con su house luminoso y extrovertido, y Corvin Dalek (Alemania), con su techno oscuro y profundo. Esa dualidad de sonidos, colores y energías simbolizaba el equilibrio entre la luz y la sombra.
Paralelamente, exploraba caminos espirituales a través de las medicinas ancestrales, especialmente el yagé, guiado por el Taita GEA, líder espiritual del Putumayo que residía en mi casa del lago. Cada ocho días realizábamos ceremonias que transformaron mi visión de la vida. En una de esas experiencias, recibí una revelación: el White Warrior, el guerrero blanco destinado a traer luz a la oscuridad en medio del conflicto y la confusión que vivía Colombia en aquel entonces.
De esa fusión entre lo humano, lo divino y lo musical nació en el Lago Calima el primer Black & White Festival, bajo el poderoso eslogan:
“El Despertar de la Conciencia.”
Un encuentro de dos días donde la música, la espiritualidad y la energía se entrelazaron, marcando el nacimiento de una nueva era para la música electrónica en Colombia.
Con el paso de los años, el festival evolucionó hasta convertirse en un referente nacional e internacional, reuniendo a miles de personas en una experiencia única que combinaba arte, tecnología y conciencia. Desde entonces, Cali se consolidó como una de las capitales electrónicas de América Latina, y el Black & White Festival se transformó en símbolo de unidad, cultura y evolución espiritual.
Más que un evento, fue una revolución, un movimiento que inspiró generaciones y consolidó mi visión como pionero y arquitecto del movimiento electrónico colombiano.
2006 – 2012
Durante esta etapa, consolidamos nuestro prestigio como el festival más importante de Colombia y Latinoamérica, atrayendo a más de 5.000 personas de diferentes partes del mundo al evento insignia:
Black & White — El Despertar de la Conciencia.
El Lago Calima se transformó en un auténtico santuario de la música electrónica, fusionando naturaleza, arte y espiritualidad en una experiencia sin precedentes. Gracias a esta visión, las Ferias del Lago se posicionaron como uno de los destinos más visitados de Colombia durante la temporada de agosto, convirtiéndose en punto de encuentro para artistas, viajeros y amantes de la cultura electrónica.
El Black & White Festival trascendió el concepto de fiesta: se convirtió en un símbolo de unión, evolución y conciencia colectiva, dejando una huella imborrable en la historia de la escena musical del país.
El nacimiento de los Premios CDA
En el año 2008, durante una de las ediciones más memorables del Black & White Festival en el Lago Calima, nació una nueva visión: reconocer y exaltar el talento nacional que impulsaba el movimiento electrónico en Colombia. Así surgieron los Premios CDA (Colombian Dance Awards), creados para rendir homenaje a los artistas, productores, clubes y promotores que estaban construyendo con pasión los cimientos de una escena que ya brillaba con luz propia.
Este proyecto tomó forma gracias al compromiso y la creatividad de un equipo excepcional: Carlos Pasaje, Mar Lamar y Pablo Silva, quienes junto a mí conformaban el núcleo operativo y artístico de Black & White. Juntos compartíamos una misma visión: profesionalizar y visibilizar la industria electrónica colombiana, dándole el reconocimiento que merecía.
Los Premios CDA se convirtieron rápidamente en un símbolo de respeto, unión y progreso dentro del gremio, marcando un antes y un después en la historia de la cultura electrónica nacional. Desde aquel momento, cada edición del festival no solo fue una celebración de la música, sino también una consagración del talento colombiano, proyectando al país ante el mundo como un epicentro de creatividad, innovación y evolución sonora.
Este evento no solo armoniza con la música y la belleza del entorno, sino que también permite a los asistentes interactuar con la moda en un ambiente vibrante y festivo. Creamos una experiencia que va más allá de la música, marcada por el estilo, la belleza del paradisiaco Lago Calima y el despertar de la conciencia.”
2013 -2017
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La nueva era: del Lago Calima al Centro de Eventos Valle del Pacífico
Después del 2012, en plena época del cambio y el despertar, el festival vivió una transformación profunda. El crecimiento sostenido del Black & White Festival nos llevó a dar un paso decisivo: trasladar el evento desde su cuna espiritual en el Lago Calima hacia un escenario de mayor proyección internacional, el Centro de Eventos Valle del Pacífico, en Cali.
Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa en la historia del festival, caracterizada por producciones de gran formato, tecnología de punta y una puesta en escena que integraba arte, performance y conciencia colectiva.
En 2013 celebramos la primera edición en el Centro de Eventos, considerada por muchos como una de las mejores en la historia del festival, consolidando el paso de un sueño local a una experiencia de talla global.
En los años siguientes, continuamos expandiendo fronteras y elevando el nivel artístico, consolidando al Black & White Festival como un referente de innovación y excelencia en la escena electrónica latinoamericana.
En 2015, la presentación del reconocido DJ internacional Chuckie marcó un punto culminante en la historia del festival: un hito que reflejó su poder de convocatoria, la madurez alcanzada y su consolidación como uno de los festivales electrónicos más influyentes de América Latina.
Resiliencia y renacimiento
El 2015 representó un año de grandes desafíos para el productor del festival, David Sarria. En medio del éxito alcanzado, fue acusado injustamente de lavado de activos, un proceso que lo llevó a enfrentar momentos difíciles a nivel personal y profesional.
Tiempo después, fue absuelto de todos los cargos en Argentina, donde había participado en la producción de un evento de Madonna en Buenos Aires, quedando demostrada su inocencia y su trayectoria transparente dentro de la industria del entretenimiento.
Durante este periodo, el festival quedó en pausa, sin liderazgo ni dirección. Sin embargo, en 2017, con su nombre reivindicado y su espíritu renovado, David Sarria retomó el mando, marcando el inicio de una nueva etapa. Este renacer revitalizó el proyecto, dando paso a una nueva era de expansión, conciencia y evolución artística dentro del universo Black & White.
Renacer y expansión internacional
Con una nueva visión y profundas experiencias tras enfrentar una acusación injusta y ser extraditado a Argentina, David Sarria emergió con renovado entusiasmo y fortaleza interior para continuar el legado del Black & White Festival.
Desde Buenos Aires, su primera acción fue relanzar el festival en redes sociales, demostrando su determinación inquebrantable y su compromiso con un proyecto que trascendía fronteras.
Durante ese tiempo, también quedó en pausa un ambicioso plan de expansión: la realización del Black & White Festival en Río de Janeiro como after oficial del Tomorrowland, que por esa época se celebraba en São Paulo.
El proyecto ya contaba con el apoyo del intendente de Río de Janeiro, quien había dado luz verde para llevar el festival a las playas cariocas, consolidando así la proyección internacional de la marca.
Aunque las circunstancias detuvieron temporalmente esa visión, este período marcó el renacimiento de David Sarria como productor y visionario global, reafirmando su propósito: llevar la cultura electrónica colombiana al mundo.
2018 – 2022
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Adaptación y resistencia: la era de los desafíos globales (2018–2022)
Entre 2018 y 2022, vivimos una etapa de profundas transformaciones. La llegada de nuevas tecnologías, estrategias digitales e impacto de las redes sociales redefinió la forma de conectar con el público y de proyectar la cultura electrónica en el mundo.
Durante estos años, la escena electrónica colombiana se expandió con una diversidad de subgéneros autóctonos y tendencias internacionales, consolidando un ecosistema vibrante, pero también competitivo y desafiante.
En medio de este contexto, el Black & White Festival se mantuvo como un faro de perseverancia e innovación, resistiendo los cambios y manteniendo viva su esencia.
Sin embargo, la llegada de la pandemia representó uno de los mayores retos en nuestra historia. Las restricciones gubernamentales, tanto en Colombia como en Estados Unidos, interrumpieron la planificación de nuestras nuevas ediciones y nos obligaron a reinventar cada proceso.
A pesar de las limitaciones, proyectamos la realización del festival bajo un formato adaptado a la nueva realidad, incluyendo la idea de llevarlo a cabo en un autódromo, con protocolos y condiciones que cumplían las exigencias sanitarias del momento.
Aunque el esfuerzo fue monumental y el espíritu de equipo se mantuvo firme, los altos costos operativos y la complejidad del entorno impidieron su sostenibilidad económica.
Aun así, esta etapa nos dejó un legado invaluable: la fortaleza de seguir soñando, adaptarnos al cambio y mantener viva la llama del Black & White, como símbolo de resistencia cultural y visión de futuro.
Desde Argentina, donde nuestro visionario productor David Sarria afrontó desafíos legales, recurrimos a la innovación tecnológica para publicitar y lanzar el festival. A tan solo 10 días del evento, nos enfrentamos a un obstáculo inesperado cuando David Sarria descubrió que sus documentos migratorios no estaban en orden en Argentina, desencadenando una serie de complicaciones que llevaron meses resolver. A pesar de estos desafíos, el festival persistió con una dirección remota desde Argentina durante su celebración en el idílico entorno del Lago Calima.
En 2019, exploramos llevar el espíritu del festival a Estados Unidos, pero nos topamos con desafíos significativos cuando un promotor colombiano, Julián Uribe, intentó aprovecharse de la información del dueño de la marca. Sus intentos de registrar la marca en EE. UU. fueron contundentemente frustrados gracias a la resistencia y la influencia del propietario original.
2022
El renacer en tiempos de pandemia (2020–2021)
Con la llegada de la pandemia mundial, nos enfrentamos a uno de los mayores desafíos de nuestra historia. Sin embargo, en lugar de detenernos, decidimos reinventar el Black & White Festival a través de formatos alternativos que permitieran mantener viva la conexión con nuestra comunidad. Surgieron ideas innovadoras como autocines electrónicos y eventos virtuales inmersivos, concebidos para adaptarse a las restricciones globales sin perder la esencia del festival.
En 2021, proyectamos una ambiciosa edición en el Lago Calima, prevista para el mes de agosto, en la majestuosa mansión de las Mellizas, antiguas residencias de los hermanos Rodríguez Orejuela. Sin embargo, las restricciones sanitarias vigentes nos llevaron a reubicar el evento en Pance, con el respaldo de la Gobernación del Valle del Cauca, escogiendo como nuevo escenario el emblemático Parque de la Salud, a orillas del río.
A pesar de los desafíos logísticos, climáticos y ambientales, la visión ancestral del espectáculo se mantuvo intacta. Durante tres meses de trabajo ininterrumpido, diseñamos un formato inédito: cinco escenarios temáticos, distribuidos a lo largo del camino y sobre la ribera del río Pance, que transformaron el lugar en lo que muchos llamaron “la playa espiritual de los caleños”.
No obstante, circunstancias imprevistas obligaron a un nuevo traslado del evento, esta vez al Centro de Eventos Valle del Pacífico, donde fue reprogramado para el 31 de diciembre y el 1 de enero.
Aquella fecha marcó el cierre de un ciclo y el nacimiento de una nueva era, simbolizando la resiliencia y la capacidad de renacer que siempre han caracterizado al Black & White Festival.
El Festival del Renacimiento – Edición 2021
El evento, concebido con un formato mágico y visionario, se realizó finalmente el 31 de diciembre en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, convocando a cerca de 2.000 asistentes que rotaron durante los días del festival.
En esta edición participaron Natalia París, Boris y varios artistas internacionales, junto a más de 80 talentos nacionales nominados a los Premios CDA, distribuidos en tres días de celebración y cinco escenarios temáticos.
Uno de los momentos más memorables fue el escenario de Natalia París, que se destacó no solo por su propuesta sonora cargada de frecuencias sanadoras, sino también por el ritual del fuego dirigido por performers y chamanes, simbolizando la purificación y el renacer colectivo.
Aquella experiencia trascendió lo musical, convirtiéndose en un acto espiritual y artístico, uniendo energía, cultura y conciencia en una misma celebración que selló el renacimiento del Black & White Festival y marcó el inicio de una nueva era de transformación.
PREMIOS

Premios
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